Me quedé sin palabras para expresar lo que me está pasando. No estoy enojado, no estoy triste ni feliz. Ni siquiera se si no se lo que me pasa. Sólo hay un gran vacío...Parece que no estoy acostumbrado a tanta calma.
El domingo venía en el bus a stgo durmiendo, estaba muerto. En la mitad del camino desperté y abrí los ojos sólo un poco porque no podía abrirlos más. Un espectacular atardecer rojo iluminó ese pequeño instante que estuve despierto. Las amplias ventanas del bus y las cortinas abiertas conspiraron en favor de ese regalo. De esos cielos rojos que son mis favoritos. Fue de los mejores momentos del día. Feliz volví a dormir.
lunes, 22 de octubre de 2007
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